Ambos parten de una aparente simplicidad (siete notas musicales; un racimo de uva) para tornarse en creadores de emociones, enaltecedores de alegrías o resaltadores de amarguras… hedónicos, sociales, placenteros, armónicos, complejos, potentes, altruistas…
Ofrecen a quien los disfruta todo un mundo de sensaciones que merece la pena detenerse a disfrutar y analizar.
Esta idea fue la engendradora de la “musicata” que te ofrecemos. Una cata dirigida, instructiva y amena de cuatro vinos de alta calidad, acompañada de música en vivo.
Esta idea fue la engendradora de la “musicata” que te ofrecemos. Una cata dirigida, instructiva y amena de cuatro vinos de alta calidad, acompañada de música en vivo.
Te sorprenderá el vínculo que une a un vino con una música determinada, el contraste entre las diferentes dualidades, la pujanza de las impresiones.